El paso de la actriz y presentadora madrileña Manuela Velasco por Gran Canaria dejó una huella imborrable en todo el equipo de producción. Su interpretación en el papel de madre de Carlos, el principal protagonista del cortometraje ‘Sin Piel’, supuso un sello de calidad en la filmación. Una puesta en escena notoria y emotiva porque disfruta con lo que hace, una mujer agradable, sencilla y cercana, que nació con el cine y para el cine, que siente llevar con “orgullo” el apellido Velasco. Su gran referente, su tía Concha Velasco, un “icono cultural y artístico”, con la que además coincidió en la cuarta y última entrega de la serie de Antena 3, ‘Velvet’.
-¿De dónde le viene su vocación para la interpretación?
.-De mi familia, tanto de mi padre, cámara de cine, como de mi tía que era actriz (Concha Velasco). Desde pequeña siempre estuve en rodajes. Mis primeros recuerdos son en la playa de Almería. Me encantaba mirar por la cámara y que mi padre me subiera a la grúa. Siempre en ambientes de camerino y en el teatro viendo actuar a mi tía. Recuerdo que entre función y función, cuando los actores merendaban o se cambiaban de ropa, me iba al patio de butacas y me decía “algún día estaré yo aquí actuando”.
-Estos días en Gran Canaria ha tenido que interpretar el papel de madre de Carlos, el protagonista del cortometraje, ¿Qué le llamó la atención?
-Lo primero de todo es que siempre hay algo que me emociona mucho y por el que siento agradecimiento, y es cuando un creador, Pedro en este caso, imagina una historia y de repente piensa en ti para encarnar uno de los personajes que él ha imaginado. En este caso, más que el personaje, me pareció que era muy importante contar esta historia y hablar de este trauma social todo lo que podamos, no solamente desde el punto de vista del que lo padece, sino también del que provoca esta situación.
-¿Qué debe tener un buen personaje?
- Un personaje tiene que tener un buen arco, que empiece de una manera, que le sucedan unas cosas, y que termine de otra, un recorrido en el que vaya cambiando. Hay personajes de apoyo, que me encantan, que forman parte de la orquesta. Me gusta reivindicar los personajes secundarios y de reparto, pero que están ahí para dar una emoción y color determinados. Son imprescindibles para que el protagonista pueda contar su historia.
-¿Con qué género se siente más cómoda o se identifica más?
- No es una cuestión de género, es el personaje. En mi opinión me parece que es mucho más complicado la comedia que el drama, porque es matemática, ritmo, tempo, es algo muy técnico. En la comedia si llegas un segundo más tarde arruinas todo. En ‘Aída’ tuve la suerte de trabajar con grandes comediantes de este país y me fascinaba verles actuar, les haría un monumento a todos esos profesionales con los que trabajé, Paco León, Pepe Viyuela, Miren Ibarguren, y también a Carmen Machi, aunque con ella no coincidí. En el drama hay algo más evocador, se proyectan más las vivencias.
-En estos momentos, ¿goza el cine español de buena salud?
-Se hacen cosas extraordinarias en el cine español y que a mí personalmente me fascinan. El abanico, además, es amplio, porque cada día aparecen más mujeres dirigiendo. Como industria, sinceramente, no sabría valorarlo ahora.
-¿Cuáles son su próximos proyectos?
-Estoy rodando una serie de época, que va a gustar mucho y que pronto daremos a conocer. También estoy de gira con una obra ‘Un delicado equilibrio’, de Edward Albee, que fue Premio Pulitzer en 1967.
-¿Qué consejo daría Manuela a aquellos que tengan la intención de adentrarse en el mundo del cine o del teatro?
-Les diría (sonríe), que no mirasen mucho las redes sociales. Esta proyección de continúo éxito y actividad, que todo el mundo trata de vender en la redes, no es verdad. En esta profesión, lo normal es que te digan que no, sueles estar mucho tiempo sin trabajar, y cuando les salga la oportunidad de ensayar en una obra o una película, mi consejo es que lo disfruten, pero que al mismo tiempo ahorren.
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